La pregunta que todos los profesionales nos estamos haciendo en la actualidad es ¿Cómo mi industria y profesión saldrán adelante después del COVID 19?. Sabemos que habrá cambios muy fuertes en algunos sectores como el turismo, comercio y entretenimiento, entre otros, pero la pregunta es cómo será el impacto en la industria del consejo financiero?

Autores como Andrés Oppenheimer y Yuval Harari en sus libros de ‘Sálvese quien pueda’ y ‘Sapiens’,  nos muestran cómo actividades humanas, y algunos trabajos sencillos y repetitivos tenderán a desaparecer; y es ahí donde nos tenemos que preguntar si lo que estamos haciendo en nuestro día a día como asesores financieros es un trabajo sencillo, fácilmente repetible, o si por el contrario está causando alto impacto y valor agregado en la vida financiera de nuestros clientes.

Las FINTECH y los Algoritmos llegaron para quedarse y para hacer el proceso de inversión más ágil eficiente y barato. Estos libros futuristas muestran que seguramente las profesiones y las personas durante su vida laboral en el siglo XXI  van a cambiar en un período corto de tiempo, unos 10 a 15 años, y que fenómenos como la pandemia actual u otras futuras, pueden acelerar estos procesos de manera más agresiva y harán que todas las profesiones se deban estar cuestionando su futuro y su necesidad en la actualidad.

Seguramente los que trabajamos en la industria financiera no seremos ajenos a esta amenaza que enfrentan de manera particular médicos, abogados, contadores, taxistas, quienes ven   amenazados el futuro de sus trabajos en los próximos años. Los vendedores son uno de los trabajos que más fácilmente se podrán sustituir por inteligencia artificial y algoritmos, Amazon y Mercado Libre nos han mostrado que hoy la gente compra en línea sin necesidad de salir de su casa ni de un intermediario. Y es allí donde me pregunto, cómo me estoy posicionado en la mente de mis clientes, si como un simple vendedor de productos financieros que se pueden conseguir en cualquier boutique financiera, o si por el contrario como alguien que le da sentido y valor agregado al mundo financiero de las personas y de sus familias. Algo me dice que el secreto de las Agencias Comerciales y de los Financial Planner será la especialización en el conocimiento financiero y en la correcta segmentación del mercado, enfocándonos en grupos de la sociedad con necesidades particulares y que en mi concepto se encuentran desatendidos en la actualidad.

En estos días las personas están utilizando los servicios en línea más que nunca, todo se puede obtener a través de un click, inclusive el consejo financiero y el proceso de inversión. Aplicaciones como UALET nos muestran cómo cualquier persona podría ingresar a esta aplicación, definir su perfil de riesgo y hacer su inversión desde su tablet, computador o teléfono inteligente, sin necesidad de llenar formatos y de una manera ágil y económica, sin ningún tipo de interacción con asesores. Cada vez más la gente está usando la tecnología para hacer sus transacciones bancarias y cada vez menos se necesita la interacción con un asesor o con un agente de seguros para definir su compra, bien sea una inversión o una póliza. Muchos de estos productos se consiguen en línea, sin necesidad de interactuar con seres humanos.

Soy optimista con el futuro tecnológico en el área financiera, en mi opinión los inversionistas seguirán exigiendo y necesitando asesoría personalizada de calidad, y estarán dispuestos a pagar por ello, en la medida en que vean el valor agregado en sus finanzas personales. Las nuevas tecnologías deberán traer mejoras en la productividad y conocimiento del cliente, siendo un complemento y no un sustituto de mi relación con el cliente final. Seguramente el procesamiento de datos para realizar planeaciones financieras serán procesos automatizados sencillos, pero el cliente al finalizar necesitará una interacción humana que les ayude a entender lo que un robot no puede, el verdadero significado de un sueño cumplido.

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Por: Mauricio Chaves